lunes, 24 de marzo de 2014

La Liga de Undiano






Resulta raro ver al mismo árbitro en el Clásico de la primera vuelta y en el de la segunda; no ocurría desde la temporada 93-94. Pero más extraño aún es que ese colegiado utilice una vara de medir bien distinta en cada una de las citas. Al Undiano Mallenco del pasado 26 de octubre en el Camp Nou se le encogió el brazo a la hora de señalar el punto de penalti tras la embestida de Mascherano a Cristiano Ronaldo. No ocurrió lo mismo anoche, cuando esa cobardía se convirtió repentinamente en valentía.

Valentía para señalar el penaltito de Xabi Alonso a Iniesta. Valentía que curiosamente desapareció sólo unos minutos antes, en el derribo de Piqué a Bale. Dos situaciones similares, que se pueden o no señalar como penas máximas, pero con distinto desenlace.

El resto de su larga lista de errores resultan algo más comprensibles y humanos. Una falta que señala dentro del área pero que realmente se cometió a un palmo de la línea, un fuera de juego milimétrico que desemboca en penalti y expulsión. Fallos que entran dentro de la normalidad.

Hubiese pitado como Undiano”. Ésta es la valoración que hacía Xavi de la actuación del árbitro tras el partido. El de Tarrasa igual jugó otro encuentro, ya le pasó la temporada pasada tras la eliminatoria ante el Bayern en la fueron derrotados por 7-0. Tras el baño alemán aseguró que no les habían pasado por encima.

Pepeligro”. Así titulaba el Mundo Deportivo el pasado miércoles para referirse al supuesto miedo que tenían los jugadores azulgrana al central portugués. Sin embargo caprichos del destino, la acción más violenta del partido y de toda la temporada, la protagonizó uno de los suyos. Un pisotón en la cabeza de Busquets al señalado Pepe; una salvajada que hoy por cierto no aparece en dicho periódico.

Con esto, ni mucho menos, quiero tapar las vergüenzas del Madrid, como por ejemplo el enésimo desplante de Sergio Ramos, tan sobrado de cualidades como falto de cabeza. Nunca a un central se le han perdonado tantos errores como al de Camas, que parece más centrado en asuntos extradeportivos que en capitanear al Madrid.

Y no me quiero olvidar del pobre planteamiento de Carlo Ancelotti. El italiano fue incapaz de buscarle las cosquillas al Barcelona, precisamente cuando su defensa hace aguas. Así que, como pasase hace unas semanas en el Vicente Calderón, los blancos han dejado pasar una nueva oportunidad para dejar sentenciada la Liga.


Durante su primer año como entrenador blanco se ha destapado como un gran gestor del vestuario, tarea que no parecía sencilla tras el paso del huracán Mourinho. E incluso a día de hoy mantiene al equipo vivo en las tres competiciones. Pero el regustillo que ha dejado el equipo en las últimas grandes citas, salvo en las semifinales de Copa ante el Atleti, no hace presagiar nada bueno para el final de la temporada. Así no, Carletto.

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