Rory McIlroy ha cerrado una temporada espectacular de la mejor manera posible, con un trabajado triunfo en el DP World Tour Championship de Dubai. El norirlandés firmó cinco birdies consecutivos en los últimos hoyos para imponerse al inglés Justin Rose por dos golpes.
Finaliza así un año que le ha consagrado como el mejor golfista del momento, y todo parece indicar que su liderazgo va para largo. Con solo 23 años ha acabado primero en las dos listas de ganancias (europea y americana) y en el ranking mundial. Y a lo largo del 2012 se ha embolsado la nada desdeñable cifra de casi 12 millones de dólares (más de 9 millones de euros), superando así el anterior récord, en poder de Tiger Woods desde 2007.
En menos de doce meses ha logrado 5 torneos, entre ellos el PGA Championship, su segunda victoria en un major. A lo que hay que sumar el triunfo de la Ryder Cup celebrada en Medinah, donde tuvo un papel importante en la remontada europea
Aunque por encima de sus inmejorables resultados están su juego y, sobre todo, su mentalidad. Rory ha dominado este deporte de cabo a rabo, recordando al mejor Tiger, que intenta ahora resurgir de sus cenizas. Gana los torneos destrozando los campos, es una auténtica máquina de hacer birdies.
Domina todas las facetas del golf, con un drive poderoso y regular, un juego corto preciso y buscando siempre trapo, buenas recuperaciones cuando erra un golpe, y un putt certero y demoledor, aunque quizás sea su punto más débil. No hay fisuras en su juego, que crece cada día.
En su corta carrera ya ha ganados dos grandes, y ambos con una diferencia de ocho golpes. Todavía quedan muy lejos, a años luz, los 18 que tiene en su casa el Oso Dorado (Jack Nicklaus), y los 14 de Tiger Woods. Pero no hay que olvidar que McIlroy ha logrado su segundo siendo cuatro meses más joven que cuando lo consiguió Tiger. Aún no se le puede comparar con estos genios, pero condiciones tiene de sobra para soñar con igualarles, o incluso superarles. El futuro es suyo.
Las grandes marcas lógicamente se pelean por él, y parece que Nike ha tomado la delantera en la carrera. Dicen los expertos que cambiar de palos puede ser peligroso para su swing, que a lo mejor requiere un tiempo de adaptación. Pero sinceramente, viendo las cualidades golfísticas de McIlroy, el don con el que ha nacido para jugar a este deporte, no creo que tenga problema alguno.
El que tendrá que esperar otra temporada más para ganar su primer major es Sergio García. El 2013 podría ser, por fin, el año de El Niño.




